Y la felicidad vuelve a cruzar una y mil veces frente a mi.
Me mira ya con cara burlesca, sabe que cierro mis ojos para no verla.
Sabe que tengo miedo.
Y a pesar de mi esfuerzo, lo que mejor sabe y es por eso que hoy ríe, es que algún día ganara.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No te niegues, tal vez tu destino sea dicha y felicidad, y porque no? me imagino que si esta , porque no serlo, yo también busco mi puerto regado de felicidad, todos lo hacemos aunque en el camino lo neguemos.
ResponderEliminarsaludos s :)
Si la felicidad te sonrie creo que debes corresponderle con otra sonrisa ¡qué menos!, tal vez así se vayan acortando las distancias y desapareciendo los temores que os separan a ambas.
ResponderEliminarBesos.