Y suavemente caminaba la muerte sobre mi adrenalinico sudor , erguida, elegante , suave, cada paso me hacia recordar que al mas mínimo de mis movimientos podía terminar todo.
Me sentía reina de Egipto, digna hasta para morir.
La tenia tan cerca, era mi momento de preguntarle porque estaba ahí, porque no hacia lo que vino a hacer.
Su sonrisa burlona, me hacia sentir incomoda frente a ese escenario.
Mientras ella sobaba mi cabeza , de la misma forma que alguna vez lo hizo mi madre.
Pero su silencio, me hacia recordar que ya había muerto una vez.
Que hoy solo pasaba a saludar.
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