miércoles, 2 de diciembre de 2009



Rechinaba el viejo columpio del parque, divisaba solo la punta de mis zapatos, aùn los recuerdos , rojos de charol.

La trabilla del lado, formaba siempre una herida en mis pies.

Pero no importa... !no todos tienen zapatos de charol! "decia mi mama".

Caminaba a su lado tomada de su vestido, tropezando mis pies, !!huy como dolían!!, saludaba a vecinos que me sonreían y que parecían arboles gigantes azotando sus hojas sobre mi, !que terrible momento¡.
El olor al pan de la amasanderia, aun lo recuerdo, era el momento de comer paté, no todos tienen para comer paté, me sentía tan importante por eso.
En la mesa mis pies, aun con los zapatitos puestos no tocaban el suelo, los balanceaba de un lado a otro esperando el momento familiar, en realidad, el momento mas parecido a una corte de apelaciones.
Hay que dormir decía mama y revisaba las marcas de mis piecitos, "no te preocupes con el tiempo borraran"...

Aun lo recuerdo...

Esta noche con una sonrrisa conformista, toco mis marcas antes de dormir.

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